miércoles, 28 de enero de 2009

Haiku a Jean Paul

La parábola del sembrador me viene al pelo para ilustrar un estado de percepción algo extravagante. La semilla cae en la roca y eso simboliza la indiferencia, nos movemos entre ese estado de gracia y el escepticismo atroz, entre la inspiración y la decadencia de las ilusiones más absoluta y rudimentaria.

No sé si la influencia de los colores y del clima hace tanta mella en nuestros sentidos, pero hoy ni el recuerdo de las rocas ni la fina arena puede hacer que centre mi atención en algo, así que, dejemos que el reloj marque su ritmo con tiranía, tempos fugit...


Si ya no escuchas a aquellos que estuvieron en el centro del terremoto
Si las vías de acero se retuercen como chicles
Si tu garganta arde cómo el infierno de Dante
Y si el calor te deja tan indiferente como Schubert
Mejor coje unos cuantos ladrillos, un poco de argamasa y cemento
Y cierra tu bunker deprimente, el hombre es una pasión inútil, algún existencialista ya lo mencionó…

(jau)