¿Qué mejor momento que un domingo temprano para ver una película de skinheads? Cansado de obstruir el paso de las ondas sonoras hacia mi tímpano, decidí apretar play.
Trata sobre la evolución de un chico (Shaun), que agredido y despreciado en el colegio decide convertirse en skinhead. A partir de este momento un conjunto de historias callejeras sucederán en días marcados por la guerra de las Malvinas y por el tatcherismo.
Nacionalismo inglés en estado de gracia, bonitas poses con Fred Perry y Ben Sherman, pantalones desteñidos, bombers, dr. Martins, ska, reggae, ...
Recomendación mediterránea.(Santi)