martes, 29 de abril de 2008

Diario de un pequeño burgués

Cuando una manifestación termina la calzada queda llena de los emblemas , banderolas y panfletos simbólicamente pisoteados aquí y allá.

Nuestro protagonista sólo había ido a la manifestación por ella, no le interesaba absolutamente nada la política, es más, las banderas de cualquier tipo le producían reacciones semejantes a una urticaria.
Él prefería sentarse en calzoncillos a escuchar discos de Charlie Parker y comer pistachos, comodamente instalado en su sofá, concienzudamente amaestrado ya.

Pero ella le dijo que debía ir a “luchar por sus derechos”, “abolir las rancias costumbres burguesas” y otras exaltadas proclamas por el estilo..
A él lo que le gustaba era poder olerle el pelo mientras hablaba incansablemente sobre Marx y pontificaba sobre la lucha de clases.

¿Qué le iba a hacer? ¿ Para que queremos los brazos y las piernas? Empezó a frotarse las manos pensando en el nuevo juego de toallas con sus iniciales bordadas y la voz de ella pareció ir esfumándose lentamente como niebla de esa que siempre humea en tierras inglesas.....

Relatos crómaticos
(Jau)