miércoles, 29 de octubre de 2008

Lomografía y pueblo

“Lleva siempre la cámara contigo; utilízala de día y de noche; lomografiar no interrumpe tu vida cotidiana, la pone en escena; dispara desde la mano, no desde la cara; acércate todo lo que puedas a tu objetivo; no pienses; sé rápido; no es necesario saber lo que tienes en el carrete en el momento; después tampoco; no te preocupes por ninguna de las reglas.”


Tras observar una minicámara japonesa con una poderosa y rabiosa lente, de extremada sensibilidad a la luz y de robusta carcasa, los ministros de defensa y de Industria de la URSS dieron inmediatamente orden de copiar la cámara y mejorar su diseño con el fin último de poder producir la mayor cantidad posible para el placer y la gloria del pueblo soviético. Se decidió que todo comunista respetable poseyera una LOMO KOMPAKT AUTOMATIC.


“No busques la foto perfecta; la mejor foto aparecerá de forma espontánea, simplemente hay que esperar”.


Dice la tradición que la Lomo es una cámara para el pueblo: su tecnología japonesa fue utilizada por la antigua URSS para acercarla al proletariado a precios “populares”. Durante los 80 y 90 fue la cámara del pueblo vietnamita, soviético, cubano y de la República Democrática Alemana. Es entonces cuando se crea la famosa sociedad lomográfica, una forma rabiosa y salvaje de enseñar el mundo, todos querían tener una Lomo, todos deseaban sentir esa libertad “foto-revolucionaria”. (Santi)